lunes, 19 de mayo de 2014

Paula e Ivette: Los extremos de la personalidad II

Necesitaba descansar, además, se estaba haciendo de día y prefería caminar al amparo de la noche. Dio un par de vueltas por las calles hasta que encontró una pequeña pensión de mala muerte, no llevaba un duro encima, pero no creía que eso fuese a ser un problema. 

- Buenas noches. - Saludó al recepcionista. 

Éste, un hombre viejo y gordo, medio calvo y que daba la impresión  de no haberse lavado en un mes, miró a Paula de arriba a abajo, devorando la con la mirada. Hace tiempo eso habría despertado el asco en la chica, pero ahora había pasado por cosas mucho peores que un asqueroso viejo verde. 

lunes, 5 de mayo de 2014

Paula e Ivette: Los extremos de la personalidad

Paula dejó de correr e intentó tomar aire. La oscuridad de la noche la envolvía, rota tan solo por algunas farolas bastante separadas unas de otras, que creaban oasis de luz en la solitaria calle en la que se encontraba.

Por lo menos no hacia frío. La escueta ropa que llevaba no habría podido resguardarla en ese caso, pero para su alivio era una cálida noche de verano. ¿Agosto? No estaba segura. Lo importante era que había conseguido escapar.