Isabel
estaba nerviosa. Acababa de terminar sus estudios y era su primer día
de trabajo. Le había costado mucho pero por fin iba a trabajar en lo que
deseaba. Tan solo tenia 23 años, pero el sacrificio que había hecho,
dejando de lado amigos y familia le había permitido sacarse la carrera
de farmacia por la rama de investigación a la primera.
Había
sido un sacrificio enorme, tanto tiempo sin ver a sus amigos había
hecho que las relaciones se deteriorasen y, aunque había tenido algún
escarceo hace tiempo, tampoco tenía pareja. No es por falta de
pretendientes, Isabel era una chica guapa, morena, con el pelo largo y
rizado y con un buen cuerpo que, sin ser despampanante llamaba bastante
la atención, si no por su dedicación a los estudios.